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Del hielo al acero: un recorrido por la historia de las montañas rusas


Hoy en día cualquier parque de atracciones que se precie debe tener al menos una montaña rusa. El tiovivo tiene muchísimo encanto y las vistas desde la noria pueden ser fantásticas, pero la adrenalina que generan las montañas rusas no se puede comparar con nada. Han sido y serán siempre las reinas de la feria. Pero, ¿de dónde sale este invento? ¿Quién fue el primer loco que tuvo la gran idea de subirse a un vagón y lanzarse al vacío? En este artículo responderemos a estas preguntas y haremos un pequeño recorrido en el tiempo para conocer desde las más simples a las más trepidantes.

[if gte vml 1]><v:shapetype id="_x0000_t75" coordsize="21600,21600" o:spt="75" o:preferrelative="t" path="m@4@5l@4@11@9@11@9@5xe" filled="f" stroked="f"> <v:stroke joinstyle="miter"></v:stroke> <v:formulas> <v:f eqn="if lineDrawn pixelLineWidth 0"></v:f> <v:f eqn="sum @0 1 0"></v:f> <v:f eqn="sum 0 0 @1"></v:f> <v:f eqn="prod @2 1 2"></v:f> <v:f eqn="prod @3 21600 pixelWidth"></v:f> <v:f eqn="prod @3 21600 pixelHeight"></v:f> <v:f eqn="sum @0 0 1"></v:f> <v:f eqn="prod @6 1 2"></v:f> <v:f eqn="prod @7 21600 pixelWidth"></v:f> <v:f eqn="sum @8 21600 0"></v:f> <v:f eqn="prod @7 21600 pixelHeight"></v:f> <v:f eqn="sum @10 21600 0"></v:f> </v:formulas> <v:path o:extrusionok="f" gradientshapeok="t" o:connecttype="rect"></v:path> <o:lock v:ext="edit" aspectratio="t"></o:lock> </v:shapetype><v:shape id="Imagen4" o:spid="_x0000_s1029" type="#_x0000_t75" style='position:absolute;left:0;text-align:left;margin-left:184.7pt; margin-top:187.3pt;width:315.75pt;height:86.45pt;z-index:2;visibility:visible; mso-wrap-style:square;mso-wrap-distance-left:9pt;mso-wrap-distance-top:0; mso-wrap-distance-right:9pt;mso-wrap-distance-bottom:0; mso-position-horizontal:absolute;mso-position-horizontal-relative:text; mso-position-vertical:absolute;mso-position-vertical-relative:text'> <v:imagedata src="file:///C:\Users\ADRIN~1\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image001.jpg" o:title=""></v:imagedata> <w:wrap type="square"></w:wrap> </v:shape><![endif][if !vml][endif]Como su propio nombre indica, las montañas rusas nacieron en Rusia; concretamente en el área de San Petersburgo, a mediados del siglo XVII. Por aquel entonces no se parecían en nada a las que conocemos actualmente, de hecho ni siquiera tenían raíles, sino que eran grandes toboganes de hielo. El diseño consistía en dos torres de distintas alturas situadas frente e frente que se unían formando una estructura en forma de U cubierta de una gruesa capa de hielo. La pasajeros ascendían a pie hasta la torre más alta, se montaban en un trineo y se dejaban caer por la pendiente hasta la siguiente torre. Así de simple. El invento surgió por la creciente demanda de actividades para paliar el aburrimiento, y como en aquel entonces sólo los ricos podían permitirse el lujo de aburrirse, fueron muy populares entre la aristocracia y la realeza. Dicen que a Catalina la Grande, emperatriz entre 1729 y 1796, le volvían loca y que mandó construir varias en sus propiedades. Una de las más conocidas era la del palacio real Oranienbaum, donde se encontraba el pabellón Katalnaya Gorka. Según una descripción de 1784, la montaña rusa era de madera, ricamente decorada y con un recorrido en forma de joroba de camello, de manera que, siguiendo un carril, se descendían dos rampas con el impulso de la primera. La atracción estaba rodeada por una pasarela desde la cual podías tomarte un té mientras mirabas a la condesa de turno lanzándose en su carrito. Con los años la corte dejó de acudir a Oranienbaum y la montaña rusa fue desmantelada en el siglo XIX.

[if gte vml 1]><v:shape id="Imagen1" o:spid="_x0000_s1028" type="#_x0000_t75" style='position:absolute; left:0;text-align:left;margin-left:284.65pt;margin-top:73.35pt;width:208.15pt; height:108.8pt;z-index:3;visibility:visible;mso-wrap-style:square; mso-wrap-distance-left:9pt;mso-wrap-distance-top:0;mso-wrap-distance-right:9pt; mso-wrap-distance-bottom:0;mso-position-horizontal:absolute; mso-position-horizontal-relative:text;mso-position-vertical:absolute; mso-position-vertical-relative:text'> <v:imagedata src="file:///C:\Users\ADRIN~1\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image003.jpg" o:title=""></v:imagedata> <w:wrap type="square"></w:wrap> </v:shape><![endif][if !vml][endif]El éxito de la atracción llegó a oídos del resto de países europeos, que se dieron prisa en copiar la idea. Sin embargo, hay que recordar que en Rusia funcionaban gracias al hielo, cosa poco práctica en los países más sureños. Los primeros intentos de construir montañas rusas de madera y utilizar vagones con ruedas resultaron en atracciones muy inseguras y que acababan casi siempre descarrilando. Aún así cuantos más accidentes había, más atraían al público. No fue hasta 1817 cuando se inventó un sistema para fijar los vagones a la vía y se abrieron en París las dos primeras montañas rusas plenamente funcionales: las Montagnes Russes de Belleville y las Promenades Aériennes. La primera tenía la típica forma de U y constaba de dos carriles paralelos para que los vagones compitieran entre ellos. En la segunda, las pistas salían en direcciones opuestas y giraban hasta volverse a encontrar formando un recorrido en forma de corazón. Una simple pendiente fue el trazado más habitual hasta 1846, año en que nació el elemento por antonomasia de las montañas rusas: el looping. Se trataba de una idea inglesa pero puesta en práctica en los jardines Fracasti de París con el nombre de Chemine de Fer Centrifugue. El vagón descendía por una vía de 13 metros y tomaba impulso para realizar un giro boca abajo de 4 metros de diámetro. La atracción funcionó durante 20 años con tremendo éxito.

[if gte vml 1]><v:shape id="Imagen2" o:spid="_x0000_s1027" type="#_x0000_t75" style='position:absolute; left:0;text-align:left;margin-left:-18.4pt;margin-top:83.05pt;width:184pt; height:204.1pt;z-index:4;visibility:visible;mso-wrap-style:square; mso-wrap-distance-left:9pt;mso-wrap-distance-top:0;mso-wrap-distance-right:9pt; mso-wrap-distance-bottom:0;mso-position-horizontal:absolute; mso-position-horizontal-relative:text;mso-position-vertical:absolute; mso-position-vertical-relative:text'> <v:imagedata src="file:///C:\Users\ADRIN~1\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image005.png" o:title=""></v:imagedata> <w:wrap type="square"></w:wrap> </v:shape><![endif][if !vml][endif]En Estados Unidos la historia fue bastante diferente. La primera montaña rusa no fue ideada como tal desde un principio, sino que surgió del ingenio de Josiah White, dueño de una compañía minera, quien, en 1827, y para sacar mayor rendimiento a la vía que utilizaba para bajar el carbón de las montañas de Pensilvania, decidió cobrar 50 centavos a aquellos que buscaban emociones fuertes. Por la mañana el tren descendía cargado de carbón los 14 kilómetros que unían la cima con el pueblo de Mauch Chunk, después las mulas lo remontaban y al mediodía volvía a bajar pero esta vez llevando pasajeros a 160 kilómetros por hora. Más tarde las mulas fueron substituidas por máquinas de vapor y en 1872 se construyó un túnel que permitía trasladar más fácilmente el carbón hasta el pueblo. Pero este no fue el fin de negocio, sino todo lo contrario. En la cima montaron un hotel con restaurante y continuó recibiendo visitantes sin parar. El Mauch Chunk Switchback Railway funcionó hasta 1929, año en que tuvo que cerrar debido a la Gran Depresión.

[if gte vml 1]><v:shape id="Imagen3" o:spid="_x0000_s1026" type="#_x0000_t75" style='position:absolute; left:0;text-align:left;margin-left:286.05pt;margin-top:105.2pt;width:224.3pt; height:131.4pt;z-index:1;visibility:visible;mso-wrap-style:square; mso-wrap-distance-left:9pt;mso-wrap-distance-top:0;mso-wrap-distance-right:9pt; mso-wrap-distance-bottom:0;mso-position-horizontal:absolute; mso-position-horizontal-relative:text;mso-position-vertical:absolute; mso-position-vertical-relative:text'> <v:imagedata src="file:///C:\Users\ADRIN~1\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image007.jpg" o:title=""></v:imagedata> <w:wrap type="square"></w:wrap> </v:shape><![endif][if !vml][endif]Uno de los primeros grandes nombres dentro del mundillo fue LaMarcus Adna Thompson, inventor empedernido, que en 1878 creó una atracción que consistía en dos torres de 15 metros de alto con dos pistas ondulantes de 180 metros que bajan en sentido opuesto y que bautizó como Switchback Railway. En 1884 la instaló en Coney Island, en Nueva York, y la convirtió en la primera montaña rusa altamente rentable de la historia. Aquel mismo año se abrió también en Coney Island la primera montaña rusa de circuito continuo y al año siguiente otra con el primer sistema de remontado automático de vagones. Thompson no quiso quedarse atrás e introdujo las primeras atracciones con decorado. Coney Island fue uno de los primeros parques de atracciones que existieron y sin duda el lugar que acogió los mayores avances en montañas rusas desde finales del siglo XIX hasta la tercera década del siglo XX. Allí se construyó en 1926 la que se considera la madre de las montañas rusas modernas: la Cyclone, que incluía pendientes muy pronunciadas, curvas inclinadas para controlar las fuerzas laterales y una barra de protección en los vagones para los pasajeros. La primera época dorada de las montañas rusas acabó con el inicio de la crisis del 29 y duró hasta los años posteriores a la II Guerra Mundial. No fue hasta los 50, después de que los soldados hubieran vuelto a casa y fundado sus familias, que las montañas rusas renacieron dirigidas en un principio a los más pequeños.

En 1959 Disney dio el pistoletazo de salida a la segunda época dorada con la construcción del Matterhorn Bobsled, la primera montaña rusa con una estructura tubular de acero. Estas nuevas estructuras eran mucho más flexibles que las de madera, lo que permitía hacer verdaderas virguerías en los circuitos. En los años 70 se produjo un auténtico boom tanto en la apertura de parques de atracciones y temáticos como en la creación de nuevas montañas rusas. En los últimos 40 años se han ido introduciendo todo tipo de avances: giros de cobra, vagones colgantes, lanzamientos hidráulicos, nuevos sistemas de frenado y seguridad y un largo etcétera. ¿Qué diría Catalina la Grande al ver que aquel carrito que en su día se deslizaba pista abajo ahora se lanza por una pendiente de 80º, realiza dos loopings y tres tirabuzones para volver al punto de donde había salido? Seguro que estaría encantada.

Fuentes:

Ultimate Rollercoaster (1996-2016): http://www.ultimaterollercoaster.com/

Royal Russia (2012) Katalnaya Gorka at Oranienbaum: http://www.angelfire.com/pa/ImperialRussian/blog/index.blog/1441373/katalnaya-gorka-at-oranienbaum/

ParlOtheK (2002-2016) Le Grand Historique des Montagnes Russes: http://nv.parkothek.info/index.php

Coasters World (2003-2016) Historique des Montagnes Russes: https://coastersworld.fr/


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