Prostitución en la antigua Roma
Todas las clases sociales y oficios eran asiduos a los lupanares, tanto emperadores como es el caso de Nerón, a soldados, marineros, comerciantes, campesinos, artesanos, Senadores….
Las mujeres también solían buscar el placer a través de esclavos, prostitutos o amantes (amigos o conocidos, por tanto ser adultera) o incluso con otras mujeres ya fueran esclavas o prostitutas. Muchas mujeres de la aristocracia Romana pagaban considerables sumas de dinero por acostarse con gladiadores, seguramente para disfrutar de sus cuerpos bien musculados y por el morbo de saber que posiblemente muriera en el siguiente combate.
El precio de la prostitución era sumamente bajo, Naselli nos explica como una esclava educada en casa cobraba por sus servicios dos ases (el precio de una vasija de vino barato) esta comparación entre el precio de un acto sexual y lo que sería si equivalencia en un producto, nos demuestra lo barato que eran las prostitutas.
Las aristocracias no hacía falta que fueran a los prostíbulos en busca del placer, al tener estos un gran número de esclavas y esclavos, podían practicar el sexo con ellos, ya que esa era una de las tareas de los esclavos, mientras que la plebe, que no contaba con esclavos domésticos, se dirigía a los lupanares en busca de este placer.
Aquí vemos uno de los grafitis ofreciendo sus servicios y el precio establecido por ello.
«Felícula, esclava de buena crianza. Dos ases»
Este bajo precio demuestra que tendrían que realizar estos actos varias veces al día para poder subsistir. Cuanta más experiencia y belleza mas subía el precio de los servicios al igual que donde se ofrecían, siendo lo más barato las que lo ofrecían en la calle o en casas y siendo más caro la de los lupanares o burdeles llegando a cobrar hasta 16 ases. Esto quiere decir que no todas las prostitutas y lugares tenían la misma consideración para los romanos.
Aunque el sexo Oral estaba mal visto, vemos en los muros de Pompeya como este se ofrecía a precios sumamente bajos incluso por prostitutos como es el grafiti que recoge lo siguiente:
«Félix chupa por un as»»
El sexo por tanto lo teníamos ofrecido por la calles de las ciudades, como se pudiera ofrecer pescado en la pescadería. Esto nos hace ver lo natural que era el sexo para esta sociedad que no contemplaba los tabúes que tenemos nosotros. Incluso el emperador Augusto impondrá un impuesto sobre la prostitución al ser un negocio en alza y altamente rentable.
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